Siete mitos y verdades sobre la vacunación
31 de Mayo de
2017
Conocé las las
ventajas de vacunarse.
Por Dra. Romina Romero*
La vacunación
es, luego de la introducción del agua potable, la intervención que mayor
impacto ha tenido en la reducción de la mortalidad y el crecimiento de la
población en la historia de la humanidad.
Previene cada
año entre 2 y 3 millones de defunciones por difteria, tétanos, tos convulsa y
sarampión. Sin embargo, su difusión podría evitar unos 1,5 millones más.
La falta de información
de calidad y accesible a toda la población, generan y acrecientan la reticencia
a las mismas. Hace un año, nuestro país, en consonancia con el plan impulsado
por la Organización Mundial de la Salud, modificó el calendario de vacunación
contra la Poliomielitis en el marco de la campaña “Chau Polio”.
Mito 1: Las
vacunas tienen efectos secundarios nocivos y de largo plazo que aun no se
conocen e incluso pueden ser mortales.
FALSO. Las
vacunas son altamente seguras, con la mayoría de reacciones vacinales leves y
temporales. Un posible efecto colateral resulta infinitamente menor si lo
comparamos con el beneficio que otorga prevenir una enfermedad que puede ser de
gravedad.
Mito 2: Las
mejoras en la condiciones de higiene y saneamiento harían desaparecer las
enfermedades, por lo cual las vacunas no son necesarias.
FALSO. Si bien
la higiene, lavado de manos y el agua potable contribuyen a protegernos de las
enfermedades infecciosas, muchas se pueden propagar independientemente de la
higiene. Por lo cual, muchas de las enfermedades contra las que existen
vacunas, podrían volver a aparecer.
Mito 3: Las
enfermedades prevenibles mediante la vacunación están casi erradicadas, por lo
tanto no hay motivos para que uno se vacune.
FALSO.Los
agentes infecciosos que las provocan siguen circulando en algunas partes del
mundo, por lo cual, en un mundo altamente interconectado, esos agentes
infecciosos pueden atravesar fronteras geográficas e infectar a cualquier
persona no protegida. Brotes de sarampión en Europa y un caso en Tucumán, así
como el reporte del fallecimiento de un niño no vacunado por difteria en
España, demuestran que existen dos motivos fundamentales para vacunarse: por un
lado protegernos a nosotros mismos y, por el otro, proteger a quienes nos
rodean. La erradicación mundial de la viruela en la década de los ´80, y de la
poliomielitis en la Argentina en 1984, se dieron gracias a la vacunación masiva
y sostenida a lo largo de generaciones y generaciones.
Mito 4: Las
enfermedades de la infancia, prevenibles mediante vacunación, son algo
inevitable en la vida.
FALSO.
Enfermedades como el sarampión, parotiditis y rubeola, son graves y pueden
tener complicaciones: neumonía, encefalitis, ceguera, diarrea, infecciones del
oído, síndrome de rubeola congénita y defunción, tanto en niños como en
adultos. Por lo cual, aquellos no vacunados quedan innecesariamente vulnerables
a dichas enfermedades.
Mito 5: La
gripe es solo una molestia y la vacuna no es muy eficaz.
FALSO.La gripe
es una enfermedad responsable de entre 300.000 y 500.000 muertes en todo el
mundo por año, siendo las embarazadas, los niños menores de 1 año, ancianos y
pacientes con patologías crónicas como asma, cardiopatías, etc. el grupo más
vulnerable a sufrir una infección grave. La mayoría de las vacunas contra la
gripe inmuniza contra las tres cepas de mayor prevalencia circulantes,
reduciendo las probabilidades de contraerla, contagiar a otros, evitando gastos
médicos adicionales y pérdida de días laborables y escolares.
Mito 6: Es
mejor la inmunización por la enfermedad que por las vacunas.
FALSO.Las
vacunas interactúan con el sistema inmune de manera similar a la infección
natural, pero sin causar enfermedad, ni exponer a sus posibles complicaciones
(como los defectos congénitos debidos a la rubeola, cáncer de hígado secundario
al virus de la hepatitis B, etc.)
Mito 7: La
administración simultánea de más de una vacuna puede aumentar el riesgo de
efectos secundarios nocivos, y sobrecargar el sistema inmune.
FALSO. Todos los
días estamos expuestos a cientos de sustancias extrañas que desencadenan una
respuesta inmune. El simple hecho de comer introduce nuevos antígenos en el
organismo, así como las numerosas bacterias que forman parte de nuestra
microbiota digestiva. Por lo cual, las principales ventajas de la
administración simultanea es que se requiere menos consultas, permitiendo
ahorrar tiempo, dinero y aumentado las probabilidades de que los niños
completen el esquema de vacunación.
(*) Médica
con especialización en Infectología y Microbiología Clínica, ejerce como
responsable del área de Microbiología en el laboratorio Bombicino Diagnósticos,
especialistas en salud ocupacional.