Baby Boomers: la última generación argentina de la cultura del trabajo que se resiste al descanso
Pese a estar jubilados, los nacidos entre 1945 y 1964 no conciben la idea de retirarse y el 28% sigue en la actividad laboral. ¿Qué los motiva?
18.5.2021
Natalia Lesyk – A24
La generación de los Baby Boomers es conocida por haber nacido entre 1945 y 1964. Pero el anclaje fáctico del tiempo no los detuvo. Supieron adaptarse a los cambios que se avecinaban y hoy son flamantes jubilados, abuelos en muchos casos. Pero lo que nunca perdieron fue el Rock and Roll en la sangre y, por ello, 2 millones de argentinos todavía siguen en actividad y no pueden imaginarse disfrutando la vida sin la idea del “trabajo”.
El defensor de la tercera edad, Eugenio Semino, definió para A24.com el concepto de Baby Boomers como “un fenómeno de reacción natalicio al período de posguerra, como una forma de defender la especie”.
Es más, la traducción de la denominación es “el aluvión de bebés”. Incluso, vaticinó: “No dudo que tras la pandemia del coronavirus, también se vuelva a vivir una manifestación igual”.
Pero los que fueron una generación emblemática de la historia de la humanidad, hoy ya son adultos mayores. Para más sorpresa del lector, en el mundo de la música hay un sinfín de personajes que pertenecen a este grupo de la tercera edad y aún siguen tan –o más- vigentes como antaño. Aunque es difícil que el imaginario colectivo los pueda conjugar a ellos, “los superstars”, como abuelos devotos, canosos y con bastón.
Por ejemplo, la estadounidense Madonna (58 años), su compatriota Axl Rose (59 años), el irlandés Bono (60 años), el británico Sting (69 años) o el líder de la banda metalera Kiss, Paul Stanley (69 años) son Baby Boomers.
La lista continúa, por nombrar algunos que ya son septuagenarios, con Phil Collins (70 años), Brian May (73 años) y David Gilmour (75 años), entre otros.
Lo cierto es que no es lo mismo ser un rocker jubilado en Europa o Estados Unidos que en la Argentina. De hecho, los jugadores locales –y sin ser celebridades- cuentan con una idiosincrasia propia que los caracteriza como la última generación de “la cultura del trabajo”.
De los 7.6 millones de nacidos en esta época en nuestro país, el 28% cuenta con un empleo formal, ingresos promedio de $30.000 y se encuentran financiados –aportes jubilatorios, pensiones, beneficios sociales, entre otros- en algunos casos hasta el doble de sus sueldos: alrededor de $62.000, según una investigación de Equifax, compañía especializada en Big Data.
Para conocer más sobre cómo seguir en la actividad laboral, pese a estar jubilados, aquí los requisitos y trámites.
Un mano a mano con la experiencia
Carlos Radice tiene 66 años, es un ferviente amante de los “fierros” y si son clásicos, mejor. Pero este cariño por el metal no se dio sólo con los autos: fue un referente periodístico del detrás de bambalinas de la televisión argentina, donde trabajó en los principales canales nacionales.
Siempre activo, nunca quieto. Y un caballero –cómo los de antes- con una sonrisa siempre en el rostro, que cedía sillas o el paso a sus compañeras. En 2019, previo a la pandemia, decidió retirarse. Había sido un año duro porque su gran corazón le hizo una mala jugada y tuvo que tomar consciencia: dejar el cigarrillo, alimentarse sano y hacer ejercicio. Pero lo que más le costó fue empezar a descansar de lo que es el estrés laboral.
“Al principio lo viví con incertidumbre”, contó a A24.com. Pero la vorágine del contexto no le dio tiempo. Llegó una cuarentena extrema que lo obligó a quedarse en casa y, como el sosiego no es su mejor arma, arrancó a estudiar diseño en 3D.
“Lo hice para mantener la cabeza ocupada y estar entretenido. Empecé con diseños para los nietos y luego cosas más complejas que logré comercializar”, detalló. Y aclaró: “Descansar se puede, pero con la mente en algo”. Luego, continuó con su mejor consejo: “Hay que vivir el día a día y disfrutar”.
Radiografía de 100% actitud
Más allá de pregonar por los derechos de adultos mayores, Semino, entre risas, se confiesa un caso vivencial de Baby boomer y explica que no es casual la aprensión al retiro porque “más allá de ser una generación de gran volumen, les tocó la revolución industrial tecnológica en serie, en un contexto mundial de reconstrucción y un capitalismo de pleno empleo. Por eso el concepto laboral está tan arraigado en sus venas. Incluso, el status laboral fue y -aún es- muy importante para ellos ligados a ‘ser productivos’”, analizó.
Por su parte, la referente previsional de A24, Clara Salguero, precisó que “hay dos factores que los mueve a seguir trabajando, una vez ya jubilados: la estabilidad o recupero económico que se pierden desde el ingreso laboral al haber jubilatorio, y que es lo que más incide. El segundo, y en menor medida, seguir ocupando roles que los hagan sentir activos, actualizados, participantes de todo lo que tiene que ver con su entorno y contexto”.
Para el gerontólogo Diego Bernardini, “lo que los caracteriza es la diversidad, porque es imposible encontrar dos personas mayores e iguales. Con lo cual, cada día vivido es construcción en diversidad. Por ello, conlleva el desafío de construir políticas para esta nueva longevidad”.
Bernardini aclaró a A24.com que este grupo no se ancla en el indicador duro de la edad para vivir la vida. “Supieron elegir vivir con sus múltiples transiciones, y una de ellas es ‘¿qué hago una vez que me jubile?’”
Respecto a las motivaciones, el especialista remarcó: “Hay varias razones. La primera es histórica –de principios del siglo XX-, cuando se impusieron los topes etarios jubilatorios, entre los 62 y 67 años. La gente apenas vivía un poco más de esa edad. Los trabajos eran manuales y muy fuertes físicamente”.
“Hoy pasaron más 100 años, la actividad laboral se hizo menos física, más cognitiva y se valora la experiencia. Además, en nuestro país, las personas después de los 65 años pueden llegar a vivir entre 25 y 30 años más. Al mismo tiempo, los avances sanitarios hicieron que se alcance la edad jubilatoria con plenitud y buena calidad de vida”, señaló.
En números
En la Argentina, 9 de cada 10 personas recibe una pensión que les asegura un ingreso, aunque no esté reconocido como tal, en términos económicos, para vivir pleno.
Asimismo, en el relevamiento de Equifax se observó que del universo de 2 millones de Baby boomers que trabajan, el 43,7% está jubilado. Mientras, el 27,7% tiene una situación de empleo no declarada; el 17% trabaja por su cuenta; el 11% en relación de dependencia y el 0,6% está desempleado o es beneficiario de algún plan social.
Entre los rubros donde mayor desarrollo tiene esta generación se encuentran la industria manufacturera (19%); administración pública, defensa y seguridad social obligatoria (10,9%), y comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos automotores y motocicletas (10.2%).
A diferencia de otros fenómenos generacionales, sería la única donde la distribución de género tiene como principal grupo a las mujeres frente a los hombres: el 51% son mujeres; el 49% hombres. Respecto a sus edades, 4 millones tienen entre 56 y 64 años y 3.5 millones están en el grupo de entre 65 y 74 años.
Jubilados que se resisten a la jubilación
Supieron ir de la mano de la revolución industrial con el fordismo, crecieron escuchando la radio y cuando llegaron a la adultez descubrieron la televisión. Pero la edad no los limitó y se adaptaron rápidamente –al llegar a la tercera edad- a los cambios tecnológicos del uso intensivo de los smartphones y las computadoras.
En ese aspecto, Clara Salguero señala: “Es un mito que no se involucran tecnológicamente o desde la bancarización. Todo eso es parte del avance que han tenido las personas adultas mayores y se han afirmado como referentes de generaciones más jóvenes”.
También, tienen presente valores como la familia, el cuidado del cuerpo con una alimentación saludable y suelen orientarse a rutinas de meditación. Incluso, son conscientes de la relación del ser humano con el medioambiente. Pero no siempre fueron así: tuvieron sus momentos de juventud con abuso del tabaco, el devenir de la comida industrializada, las drogas y las ideas de un mundo libre.
Para Bernardini, “el problema de nuestra sociedad es vincular el envejecimiento con enfermedad. A lo largo de la vida hay pérdidas y ganancias. Pero la creatividad, la posibilidad de las relaciones, movilizar recursos como conseguir dinero, aprender, entre otras, ocurren a lo largo de la vida. En general, la comprensión del mundo que nos rodea y la capacidad de tomar decisiones acertadas aumenta con la edad”.
“Socialmente, la jubilación tiene otra connotación que cuando te jubilás de la vida y no del trabajo, y en realidad no es así. Lo que los jubilados de hoy nos demuestran es que se jubilan de lo que no les gusta, permaneciendo en el mercado laboral en cosas que les interesan y les permitan aportar a la sociedad, seguir activos y desterrar la invisibilidad de la jubilación”, agrega.
Por su parte, Semino coincide en la mirada: “Hay una distorsión social de que el envejecimiento es sinónimo de vejez. Hay un temor al envejecimiento, a la idea de que ‘los viejos somos el espejo de lo que viene’ y es por una falta de elaboración de proyectos. Por ello la resistencia, tratando de seguir integrados a partir de la producción y por preservar un lugar reconocido por la sociedad”.
Continúo en su análisis: “Lo que falta es interpretar que pueden ser convertidos en productores de riqueza amén del hecho subjetivo de la edad”. En esa línea, Semino resume: “Los viejos sólo somos jóvenes arrepentidos”.
https://www.a24.com/previsional/baby-boomers-la-ultima-generacion-argentina-la-cultura-del-trabajo-que-se-resiste-al-descanso-n826750
No hay comentarios.:
Publicar un comentario