23 de diciembre de 2019

El arte favorece a la longevidad de las personas

Según un estudio, el arte favorece a la longevidad de las personas

Una investigación siguió durante 14 años cómo 6.710 adultos mayores de 50 años que participaron en actividades artísticas mostraron un menor riesgo de muerte. La mirada de expertos a Infobae
Las personas que visitan museos, galerías de arte, teatros y asisten a conciertos viven más (Shutterstock)
Las personas que visitan museos, galerías de arte, teatros y asisten a conciertos viven más (Shutterstock)
De acuerdo con la investigación publicada en la publicación científica The BMJ, las personas que visitan museos, galerías de arte, teatros y asisten a conciertos viven más. El trabajo fue liderado por científicos de la Universidad College de Londres.
Este estudio partió de informaciones brindadas por más de 6 mil adultos ingleses, de más de cincuenta años. Entre 2004 y 2005 se calculó la cantidad promedio de actividades artísticas y culturales en las cuales participaron y en los años posteriores cada uno de ellos fue acompañado 12 años, durante los cuales su mortalidad fue estudiada por los científicos británicos.
A partir del análisis de los datos recolectados, se determinó que aquellas personas que participaban de actividades relacionadas con el arte una o dos veces al año tuvieron 14% menos riesgo de morir en cualquier momento (809/3042 muertes) en comparación con los que nunca se comprometieron con las artes (837/1762 muertes). Aquellos que se dedicaron a actividades de arte receptivo con frecuencia, es decir cada pocos meses, presentaron una tasa de mortalidad un 31% menor (355/1906 muertes).
Independientemente de los comportamientos demográficos individuales, variables socioeconómicas, o los aspectos específicos de cada personas relacionadas con la salud y los factores sociales, los resultados fueron sólidos para una variedad de análisis de sensibilidad, sin evidencia de moderación por sexo, socioeconómico o factores sociales. El paper aclara que el estudio fue observacional, por lo que en él no se puede medir la causalidad.
El compromiso con las artes receptivas, cómo ir al teatro, al cine o inclusive en un espectáculo escuchar música clásica tiene una relación de beneficio en lo que respecta a la longevidad de los adultos mayores (Shutterstock)
El compromiso con las artes receptivas, cómo ir al teatro, al cine o inclusive en un espectáculo escuchar música clásica tiene una relación de beneficio en lo que respecta a la longevidad de los adultos mayores (Shutterstock)
Una hipótesis que podría explicar este patrón deriva de los diferentes niveles cognitivos, de salud mental y ejercicio físico practicado por aquellos que no se involucraron con el arte. Y así y todo, observaron la misma tendencia cuando se tuvieron en cuenta factores como la movilidad y los problemas de riqueza o acceso a estos entretenimientos.
Las conclusiones derivadas de este estudio mostraron que el compromiso con las artes receptivas, cómo ir al teatro, al cine o inclusive en un espectáculo escuchar música clásica tiene una relación de beneficio en lo que respecta a la longevidad de los adultos mayores.
Un 53,6% de la muestra correspondió a mujeres de 50 años o más, con una edad promedio de 65,9 años mientras que el 46,4% restante fueron hombres. Durante 14 años, parte de ellos asistieron a museos, galerías de arte, exposiciones, teatros, conciertos y óperas, y en este porcentaje fue donde se observó una mayor longevidad.
Las actividades de integración que estimulan lo que antiguamente se llamaba el cerebro derecho, todo lo que tenga que ver con la creatividad y la imaginación mejoran no solamente la calidad intelectual de las personas, sino que además aumentan la expectativa de vida (Shutterstock)
Las actividades de integración que estimulan lo que antiguamente se llamaba el cerebro derecho, todo lo que tenga que ver con la creatividad y la imaginación mejoran no solamente la calidad intelectual de las personas, sino que además aumentan la expectativa de vida (Shutterstock)
Daisy Fancourt, profesora asociada de psicobiología y epidemiología de la Universidad College de Londres y una de las desarrolladoras de la iniciativa explicó: “Las actividades artísticas se clasifican como intervenciones de salud ‘multimodales’ porque combinan múltiples factores psicológicos, físicos, sociales y conductuales con una motivación estética intrínseca a la hora de participar”.
La doctora Alejandra Sánchez Cabezas, especialista en ginecología, médica magíster en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud y fundadora de Surcos Asociación Civil -organización que busca contribuir a disminuir las inequidades en salud, en un trabajo articulado entre comunidades, actores locales y el Estado- compartió con Infobae su perspectiva respecto a la temática que presenta este estudio: “Está demostrado científicamente que todas las actividades de integración que estimulan lo que antiguamente se llamaba el cerebro derecho, todo lo que tenga que ver con la creatividad y la imaginación mejoran no solamente la calidad intelectual de las personas, sino que además aumentan la expectativa de vida porque mantiene a las personas más activas, más integradas, más implicadas en la vida social”.
“A su vez, está demostrado también que la posibilidad de crear nuevas sinapsis y relaciones neuronales disminuye el deterioro cognitivo y físico en las personas en la tercera edad”, agregó la doctora Sánchez. La fundadora de Surcos explicó que hacen desde esta asociación civil: “Trabajamos mucho en esto, porque además el arte no tiene que ver sólo con las cuestiones de envejecimiento sino también con las cuestiones de salud en general, ya que la creatividad, la conexión de conectar con los propios sentimientos, empatizar con los demás es bueno para la salud pública y social. En Surcos buscamos la integración intergeneracional, también la educación emocional, es decir conocer y reconocer las propias emociones y las de los otros”.
"La creatividad, la conexión de conectar con los propios sentimientos, empatizar con los demás es bueno para la salud pública y social", explicó Alejandra Sánchez Cabezas, médica magister en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud (Shutterstock)
Para Mariano Ramos, doctor en Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires, docente e investigador de la Universidad Nacional de Luján, donde dirige el Programa de Arqueología Histórica y Estudios Pluridisciplinarios (Proarhep), el consumo cultural puede beneficiar a la salud, ya que el arte, el cine, la fotografía, tiene un impacto positivo en la la salud debido a que las expresiones artísticas cuentan historias, y uno puede encontrar como ser humano afinidades, similitudes, sentirse reflejado en ellas, se identifica y de alguna forma canaliza algunos impulsos que nos atormentan durante la vida, es decir es una vía de escape”.
“Los entretenimientos, distracciones, los juegos mismos ayudan a un mejor vivir, y las relaciones que se establecen en estas salidas hacen a una vida más longeva”, agregó el antropólogo especializado en consumos culturales a este medio, al mismo tiempo que manifestó: “Compartir momentos con amigos, con familiares, impacta de manera positiva en nuestras vidas”.
Con respecto a la definición de cultura, el doctor Ramos especificó: “todas las creaciones humanas lo son, desde un espectáculo musical a una baldosa que pisamos, la lapicera que utilizamos, el cemento, vivimos en un mundo antrópico, creado por mujeres y hombres”. Para Ramos, autor de los libros “Arqueología y antropología social” y “La antropología y el estudio de la cultura” de Editorial Biblos, “esas actividades son compartidas y en algunos casos como en la danza, las personas participan y existe allí una ejercitación, un esfuerzo físico, y por otra parte la actividad artística en general mantiene a las personas jóvenes, más activos y tiene lógica que favorezca en la longevidad”.
"Los entretenimientos, distracciones, los juegos mismos ayudan a un mejor vivir, y las relaciones que se establecen en estas salidas hacen a una vida más longeva”, agregó el antropólogo Mariano Ramos (Shutterstock)
“La vida cotidiana tiene que incluir estos aspectos, y nosotros como humanos modernos tenemos 40 mil años, nos hemos desarrollado durante millones de años creando cosas, dialogando entre lo que sería la actividad psíquica con las manos, este diálogo se estableció hace ya más de 2 millones de años debemos hacer constantemente, no somos seres abstractos que solo llevan a cabo actividades mentales e intelectuales, por esto es importante lo cultural para vivir más y mejor”, sintetizó Ramos, en diálogo con Infobae.
Según Denise Osswald, licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y doctoranda en antropología por el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín (IDAES-UNSAM), “desde el punto de vista antropológico y teniendo en cuenta la diversidad cultural en la que vivimos hoy en día en la contemporaneidad, donde hay una coexistencia de modos de vida y de costumbres interactuando en espacios virtuales y urbanos de manera muy diversa, muchas veces uno puede tener una mirada sobre la ciudad o lo urbano que se vuelve estética por momentos, pareciera ser una pieza de arte”.
“La posibilidad de asistir a espacios culturales, tanto como espectador como intérprete, abre la posibilidad de encontrarse con un producto artístico que en general puede ser de la propia cultura, pensado como algo compartido por una comunidad con los mismos códigos que las grandes mayorías comparten, pero en el caso de la danza por ejemplo existen subgrupos, diferentes modos de vida, diferentes sensibilidades, apreciaciones del mundo y del cuerpo, que desde el movimiento corporal y las propuestas de los escenarios se ofrecen, a través de las técnicas de danza”, agregó Osswald.
La posibilidad de asistir a espacios culturales, tanto como espectador como intérprete, abre la posibilidad de encontrarse con un producto artístico que en general puede ser de la propia cultura o no, explicó a Infobae Denise Osswald, doctora en antropología y especializada en danza y movimiento corporal (Reuters)
La posibilidad de asistir a espacios culturales, tanto como espectador como intérprete, abre la posibilidad de encontrarse con un producto artístico que en general puede ser de la propia cultura o no, explicó a Infobae Denise Osswald, doctora en antropología y especializada en danza y movimiento corporal (Reuters)
La socióloga y experta en antropología de la danza y el movimiento humano a su vez explicó a Infobae: “Hay una posibilidad múltiple de recibir eso que se está poniendo en escena tanto en el teatro, como en los espectáculos de danza o cualquier propuesta artística, ya que hay una propuesta puntual, por lo general se trabaja sobre alguna temática pero el mensaje que se quiere dar es bastante abierto y esto es muy valioso porque coloca al espectador en un lugar muy activo ya que empatiza y pone lo propio, hay un trabajo de procesar toda esa información, toda esa experiencia que se está observando en pos de una trama, argumento o composición más global que sería la obra”.
En este sentido y al referirse a los beneficios que nos pueden ofrecer en nuestra vida el consumo cultural agregó “el espectador lo ubica en un lugar muy activo de encontrar sentido, de procesar un diálogo entre lo propio y lo que está observando en la pieza artística que genera mucha actividad interna, tanto emocional como psíquica, este diálogo de emociones con la capacidad de darle un sentido a eso que estamos viendo”.
Lo más valioso que la cultura contemporánea hoy en día ofrece es justamente esta diversidad, esta posibilidad de encontrar diferentes respuestas ante un mismo problema y el hecho de ir en persona, interactuar personalmente en un museo, en una sala de teatro, con un grupo de intérpretes que están trabajando desde su propia mirada ya sea empatía, afinidad, identificación o cualquier otro estímulo buscado”, sintetizó.

22 de diciembre de 2019

Depresión

Depresión: el riesgo de sufrirla es mucho mayor en hombres que en mujeres en zonas desfavorecidas

Por Olivia Remes
El trastorno depresivo mayor, una forma particular de esta enfermedad, afecta a muchas personas y puede causar una pérdida de interés o placer en actividades que antes procuraban disfrute. (Foto: Pixabay)
La depresión es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo y, si no se somete a tratamiento, puede conllevar abuso de sustancias, ansiedad y suicidio.
El trastorno depresivo mayor, una forma particular de esta enfermedad, afecta a muchas personas y puede causar una pérdida de interés o placer en actividades que antes procuraban disfrute. También puede traducirse en sentimientos de inutilidad y desequilibrios como dormir demasiado o padecer insomnio, y provocar pensamientos de suicidio.
Hemos tenido ocasión de examinar esta enfermedad en nuestro nuevo estudio, que muestra que vivir en una zona desfavorecida puede ocasionar un trastorno depresivo mayor en los hombres, pero no en las mujeres.
Antes de explicar estas conclusiones es importante ofrecer algo de información de contexto sobre esta enfermedad.
Hay factores que pueden hacer que una persona corra el riesgo de sufrir una depresión mayor. Cuando se diagnostica una enfermedad crónica grave, como la diabetes o el cáncer, ya sea presente o pasada, puede aumentar el riesgo de padecerla. Ocurre lo mismo con las experiencias traumáticas, como el maltrato físico o el abuso sexual, o con el hecho de haber crecido en una familia disfuncional en la que había un alto grado de desavenencias conyugales.
Los elementos mencionados son factores individuales –o circunstancias personales– que pueden afectar negativamente a la salud mental. Y la mayor parte de los estudios sobre la depresión se ha centrado en esos factores personales. Pero hay características que van más allá de lo individual –como las características de las comunidades en las que vivimos– que también pueden tener un efecto profundo en nuestro bienestar mental.
Otros estudios llevados a cabo anteriormente han mostrado que el hecho de vivir en comunidades clasificadas como desfavorecidas puede hacer que los residentes de esas zonas califiquen su salud como subóptima y sufran una muerte prematura.
Con nuestro estudio queríamos averiguar si el hecho de vivir en una zona desfavorecida también puede influir en la salud mental de los hombres y las mujeres, incluso después de tener en cuenta las circunstancias personales. Es decir, una vez tomado en consideración el estatus socioeconómico de las personas (en el caso de nuestro estudio, la educación y la clase social), ¿sigue el entorno residencial de una persona afectando a su salud mental?
Conclusiones del estudio
Para responder a esta pregunta utilizamos los datos de uno de los estudios más antiguos que se llevan a cabo en Gran Bretaña sobre salud, enfermedades crónicas y la manera en que las personas viven su vida: EPIC-Norfolk, una investigación de cohortes a gran escala sobre el cáncer y la alimentación. Este estudio estaba basado en las respuestas de más de 20.000 personas que rellenaron cuestionarios detallados sobre su historial médico y de salud mental.
Los códigos postales de los encuestados se vincularon con el censo para determinar si vivían en comunidades desfavorecidas. Cinco años después de que se midieran los niveles de privación, los participantes rellenaron un cuestionario psicológico para determinar si sufrían un trastorno depresivo mayor. Aplicando técnicas estadísticas, se examinó la asociación entre la zona desfavorecida y la depresión, teniendo en cuenta el historial médico, la educación, la clase social y otros factores importantes.
Nuestro estudio mostró que vivir en una zona desfavorecida afecta a la salud mental, al menos en los hombres. En realidad, constatamos que los hombres que vivían en la mayoría de las zonas desfavorecidas tenían un 51% más de probabilidades de sufrir depresión que los que vivían en zonas no desfavorecidas.
Fue interesante observar que los resultados no alcanzaron relevancia estadística en el caso de las mujeres.
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Nuestro estudio no se proponía establecer la razón que podría explicar este hecho, y es preciso llevar a cabo más estudios para encontrar una respuesta. No obstante, es posible que muchos hombres en el Reino Unido y en otros lugares del mundo sigan asumiendo como propia la responsabilidad primaria de proporcionar sustento y apoyo a su familia.
Un estudio reciente ha investigado los riesgos de depresión en los hombres y en las mujeres, y ha revelado que los hombres se ven más afectados por “el fracaso a la hora de desempeñar tareas fundamentales, como los logros laborales que se espera de ellos y el hecho de no proporcionar el sustento adecuado a la familia”.
La investigación muestra que los hombres parecen ser más sensibles que las mujeres a determinados factores de estrés en su entorno, como los relacionados con el trabajo y las finanzas.
Por otra parte, los niveles de depresión de las mujeres se ven más influidos por factores de estrés derivados de las relaciones interpersonales y las redes de contactos sociales de las que forman parte. Factores como la falta de cariño por parte de los padres o la baja satisfacción conyugal, por ejemplo, pueden afectar de manera efectiva a la salud mental de las mujeres.
Hay muchos factores que pueden explicar esta circunstancia, pero en el Reino Unido los hombres son tres veces más propensos a morir por suicidio que las mujeres, por lo que se deben investigar las causas fundamentales que explican por qué sufren los hombres.
Si bien es cierto que las mujeres tienen un riesgo de depresión menor que los hombres en las zonas desfavorecidas, otros estudios muestran que son más propensas a padecer ansiedad, lo cual pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de seguir estudiando desde una perspectiva de género los efectos que el entorno residencial tiene en la salud mental.
Son muchas las personas que viven en situaciones de privación en todo el mundo, y la depresión es una de las principales causas de incapacitación a nivel mundial. Saber cómo afecta a los hombres y a las mujeres la penuria de vivir en un entorno desfavorecido puede ayudar a ofrecer un tratamiento de salud mental más específico, y este logro supone un avance muy valioso.
Por Olivia Remes, Investigadora postdoctoral, Universidad de Cambridge

11 de diciembre de 2019

la sexualidad en la tercera edad

 La Sexualidad en la Tercera Edad
. Al defender un envejecimiento saludable y activo, no podemos pasar por alto, el tema de la sexualidad en la Tercera Edad, ni la amplia gama de Mitos y Prejuicios que la rodean, haciendo que muchas veces el «saber» se desvirtúe hacia el «creer», «querer» y «no querer». Retomando los conceptos de «Vejez» y «Proceso de Envejecimiento», en la mayoría de la bibliografía consultada, la vejez es sinónimo de pérdidas, duelos, déficit, crisis siempre patológica, jamás enriquecedora; en fin una situación inevitable de la vida a la que nadie quisiera llegar si le espera tal destino
. Este trabajo comprende al Envejecimiento como un «proceso de crecimiento natural, dinámico, inexorable y evidenciado por cambios en lo biológico, psicológico y social.» Dicho proceso es entendido en un sentido personal y singular. Aunque el envejecimiento es un acontecimiento universal en el ser humano, en cada persona se lleva a cabo con determinadas características, en los tres grandes aspectos antes dicho: en el cuerpo, el psiquismo y en las relaciones con los demás. No es lo mismo envejecer en la India, o en Argentina, tampoco se envejece igual en una zona rural y una urbana, como tampoco es lo mismo envejecer rodeado del afecto y cariño de los familiares y amigos, o aislado, en soledad en un asilo para ancianos, por más lujos y confort que tal institución pueda brindarle al viejo allí hospedado. Tampoco es lo mismo envejecer conservando un mínimo de salud física que permita desplazarse manteniendo la autonomía a pesar de los achaques, que envejecer postrado en una cama con total dependencia de otro que lo ate a la vida como cuando era recién nacido.
 Todos estos aspectos son caras de una misma realidad: el envejecimiento. margen55 página 20 Aunque este trabajo pretende centrarse en los aspectos saludables de la Tercera Edad, no hay que negar aquellas características que también existen y que en otras épocas, no muy lejanas eran las predominantes o exclusivas para hablar de la Vejez. En el rechazo por parte de la sociedad a la sexualidad en la Tercera Edad intervienen una multiplicidad de factores, más allá de los prejuicios, mitos, resistencias ante la vejez, temores, angustias que tal etapa despierta en aquellos que están próximos a ella
. Además, pocos especialistas se han sentado a analizar e investigar dicho tema, y se arriesgan a hipotetizar acerca de las funciones de la sexualidad en la Tercera Edad. Afirmando su existencia normal y saludable como en cualquier otra etapa de la vida. Todos suponen cambios normales, esperables; y en el caso de un envejecimiento patológico es más factible encontrar material el respecto.
 Se partirá aquí de la premisa que la sexualidad es normal y necesaria en la vejez. La sexualidad humana, es la resultante de factores Biológicos, Psicológicos y Sociales, que interactúan siempre y continuamente, aunque al momento de su manifestación predomine uno de ellos, los dos restantes siguen existiendo e influyendo. No hay que perder de vista que, la sexualidad constituye una parte de la personalidad humana, una forma más de su expresión, igual que el sentimiento de identidad, que junto a la autoestima, permiten decir a la persona quien es ella, diferenciándose de los demás «Es la imagen y representación que tenemos de nosotros mismos». El ser humano, a diferencia del animal, tiene la posibilidad de elegir, (aunque no siempre lo haga) su identidad sexual, ya que puede haber nacido con genitales femeninos o masculinos, pero eso no basta para determinar como se siente y como desea expresar y vivir su sexualidad. Entonces, si una persona vivió más de 40 años sintiéndose un hombre o una mujer: ¿Por qué al llegar a la vejez debe dejar de sentirlo? ¿Por qué se cree que la Tercera Edad es una etapa asexuada? ¿Por qué insistimos en que la sexualidad es sólo para la juventud?, No es malo ser hombre, mujer, homosexual, bisexual, transexual, etc, si nos identifica ante uno mismo y ante los demás, lo abominable es que pasemos a ser asexuados (ni los animales entran en tal categoría), por el simple hecho de haber cumplido más de 60 años.
 Pero si estamos frente a una doble suerte: poder envejecer, es decir que hemos sobrevivido a la vida, y a la vez lo hacemos saludablemente, gozando de nuestras capacidades físicas y psíquicas, entonces ¿por qué negamos la existencia y goce de la sexualidad en la Tercera Edad? Porque somos producto de una historia, de una cultura, emergentes de una estructura familiar y descendientes de la especie humana, estamos multideterminados en nuestra naturaleza de ser viviente y por ende no podemos subestimar ninguno de dichos determinantes. La persona mayor debe enfrentarse en esta etapa a una doble adaptación: -A su entorno social, que lo encasilla en un determinado rol, que la mayoría de las veces termina siendo un no – rol: «no es capaz de hacer nada, ya no puede hacer esto; es igual a no puede hacer nada». -A su situación personal, desde los cambios reales hasta los fantaseados por creencias que sostuvieron desde su infancia. Todo remite sin esquivos a los prejuicios sobre el envejecimiento, y a continuación veremos el que sostiene que la vejez es una etapa «asexuada». margen55 página 21 Las personas mayores tienen que cargar sobre sus espaldas con los impulsos libidinales y los agresivos también, al mismo tiempo que enfrentan los cambios corporales y emocionales
. Hasta hace pocos años se creía que la menopausia marcaba el final del goce sexual femenino, debido a que se justificaba la sexualidad como necesaria para acceder a la maternidad. Este es el clima en que fueron educadas las mujeres ancianas de hoy, y aunque el cambio es lento, y progresivo, se debe aceptar que la sexualidad en la Tercera Edad sólo responde al puro deseo de sentir placer, de abrazarse a otro cuerpo, de amar. «El vínculo amoroso establece un espacio de encuentro íntimo que no envejece» Se supone que una vez alcanzada la madurez y seguridad que brinda la experiencia, cuando las mismas tienen más peso que los tabúes, cuando se toma conciencia de que la vida es limitada, aparece el deseo más intensamente que nunca suplicando ser vivido a pleno, pero el peso de los prejuicios está siempre presente. Las generaciones más jóvenes condenan tales sentimientos y actos en las personas viejas, colocándolas en un lugar marginal, del cual resulta difícil salir ileso. Los signos del tiempo en el propio cuerpo y el deterioro físico provocado por algunas enfermedades atentan contra las relaciones de los ancianos porque afecta directamente a la autoestima, y el deseo sexual puede sufrir modificaciones. A la vez, una persona que puede mantener una buena relación afectiva y estar contenido tiene menos riesgos de padecer las dolencias a las que son más proclives por la edad. Uno de los miedos más comunes de los hombres que comienzan a transitar la tercera edad es la incapacidad para provocar o mantener una erección, pero con la aparición de la «pastillita milagrosa» Viagra, todos esos fantasmas quedaron en el pasado. El problema que tenían los viejos hasta la llegada de estas nuevas drogas era qué hacer con su sexualidad cuando la genitalidad perdía la primacía en la relación hombre-mujer. La mayoría de los hombres que tenían trastornos eréctiles la pasaba mal y se retiraba de la actividad sexual. No podía acomodarse a una nueva forma de convivencia y esto traía trastornos serios de la relación de pareja, porque como entre ellos no se hablaba, el conflicto no se solucionaba. Sin dudas, el Viagra es uno de los grandes inventos del siglo XX porque modificó el ejercicio de la sexualidad en muchas personas que pensaban que ya no tenían más acceso a la genitalidad y pudo revitalizar el funcionamiento sexual de la pareja. De la misma manera, en épocas anteriores muchas sociedades consideraban que la vida sexual activa de la mujer se acaba con la menopausia; en la actualidad, reemplazo hormonal de por medio, se sabe que esto tiene poca importancia e incluso en muchos casos se manifiesta lo contrario: librarse de la amenaza de un embarazo no deseado provoca una mayor predisposición al ejercicio de la genitalidad con la pareja. Concluiré sosteniendo que, la sexualidad es algo que existe desde que el ser humano nace hasta que muere y, a pesar de las modificaciones que va teniendo a lo largo del tiempo, la necesidad de estar con el otro es algo que puede darse placenteramente en cualquier momento de la vida. Esperamos que las cosas cambien para que no se produzca el efecto de la profecía autocumplida: seré viejo, enfermo y recibiré poca atención; en consecuencia, mejor es autoaislarme que recibir la descalificación desde el otro. Es importante aceptar, comprender, respetar e investigar la existencia de la sexualidad en margen55 página 22 la Tercera Edad, desterrando mitos y prejuicios que giran en torno a ella.
 La sexualidad es parte inherente a la condición humana y nos acompañará durante todo el transcurso de nuestra vida. Las personas que tienen sesenta, setenta y ochenta años tienen derecho a disfrutar de su vida entera en plenitud, incluyendo la sexualidad. Esta sexualidad varía con los años pero está presente, es una forma muy fuerte de comunicación en una pareja a cualquier edad, e incluso puede ser muy importante para el buen tránsito por etapas del envejecimiento. Siguiendo la línea de reflexión del Dr. Salvarezza: «La visión puritana de la sociedad despliega concepciones moralistas tales como que la sexualidad en los viejos no es ni posible ni necesaria, y si ocurre, no es normal. Se constituye así un doble juego de valores. Por un lado se niega la sexualidad y la idea de su presencia escandaliza y por el otro, se torna fuerte el clisé de «viejo verde». El viejo queda de esta manera atrapado en la disyuntiva de no tenerla o tenerla, pero ser desplazado por enfermo, teme al escándalo o al ridículo, producto de la presión de la opinión, la persona se vuelve esclavo del que dirán, se imbuye en las consignas de decencia y de castidad impuestas por la sociedad. Sus propios deseos le avergüenzan, los niega; se rehúsa a ser ante sus propios ojos un viejo lubrico, una vieja desvergonzada. Se defiende de sus impulsos sexuales al punto de reprimirlos en el inconsciente. -11- Otra fuente de discriminación sexual contra la vejez son los mensajes de una sociedad fijada a la juventud. Los avisos comerciales de la televisión nos dan un estereotipo en el que la sexualidad solo existe para personas jóvenes, lindas con músculos duros y cuerpos ágiles, la idea de personas añosas gozando se presenta como algo lúbrico y repugnante. Entonces, influenciada por los medios masivos de comunicación la juventud es la depositaria de las manifestaciones sexuales, negando y descalificando a los viejos. Al negarse a reconocer la sexualidad en los viejos, las generaciones mas jóvenes, se niegan a reconocerse a si mismos en los viejos que serán, en sus deseos y posibilidades, y esto acarreara muchas dificultades al momento de lidiar con la vejez. La persistencia de concepciones ideológicas moralistas, y por los factores dominantes en nuestra cultura actual, se conjugan para mantener una conducta de negación sobre el conocimiento científico de la sexualidad en los viejos, manejándonos con pseudo conocimientos, prejuicios y falacias. Hay una creencia socialmente instalada de que los viejos no tienen deseos y no son seres atractivos. Pero creo que es muy importante tener en cuenta que el atractivo no se basa sólo en el aspecto físico, (la aparición de canas o la caída del cabello, las arrugas o los cambios corporales), sino que el carisma, la calidez, la honestidad y el respeto son factores fundamentales para generar atracción. La sexualidad es algo que existe en el ser humano desde que nace hasta que muere, influye en la sensación de sentirse vivo y combate la soledad. Destaquemos que cuando se habla de sexualidad en la vejez, uno se encuentra ante un doble trabajo, ya que no sólo debemos luchar contra los tabúes de la sexualidad, sino también contra los tabúes de la Tercera Edad. En nuestra cultura, de religión judeocristiana imperante, la sexualidad es considerada como «un mal necesario», siempre con el fin último de la reproducción, donde la existencia o no de margen55 página 23 placer no es considerada importante, ni mucho menos necesaria y vital. Y aunque estemos transitando el tan anhelado y temido siglo XXI, el permiso de exposición y expresión sexual no ha sido generalizado. Aún seguimos sosteniendo mitos y tabúes como en el 1900, tal es el caso de la sexualidad en los adultos mayores. Los matices de la sexualidad de los adultos mayores no suelen ser expuestos públicamente, a pesar de que se vivan años de apertura en este terreno. En la sociedad existe una resistencia a hablar sobre las prácticas de los adultos mayores. El problema no sólo no encuentra cabida en el escenario social sino que muchas veces se instala en el ámbito mismo de las parejas de adultos mayores. «Quienes tienen hoy más de 60 años pertenecen a una generación donde toda la temática que tiene que ver con la sexualidad era más bien una cosa oculta». Cuando se le pregunta a muchas mujeres viejas por su sexualidad, dan respuestas de este estilo: ‘Ah no, por suerte ya no más’. Analizando el fenómeno se deduce que lo que incidía mayormente en esto era un aspecto social de desconsideración hacia la mujer, que estaba incluida como un objeto dentro de la relación sexual y no como un sujeto activo y participante. Se espera que los ancianos y ancianas del mañana dialoguen de estos temas con mayor espontaneidad y vivan su sexualidad sin tabúes. Los profesionales que estudian la vejez sostienen que no hay concepción más falaz que suponer que el sexo es privativo de la juventud. La inclinación hacia el sexo está siempre presente porque es una necesidad no sólo biológica, sino emocional y afectiva. El sexo es un aspecto importante en la vida de una persona, independientemente de la edad. Aceptar la existencia normal de la manifestación y goce de la sexualidad durante la vejez, no sólo es colaborar con una mejor calidad de vida para esta etapa ya que así estamos asegurándonos un envejecimiento más placentero para cuando seamos nosotros (adultos de hoy) quienes tengamos la suerte de transitar por la Tercera Edad. Espero que se haya entendido el objetivo de este trabajo: ya que es cierto que quienes deben animarse a vencer los prejuicios son aquellos que están viviendo la vejez en este momento, pero todos debemos colaborar desde el lugar que nos toca, educadores, familiares, amigos, profesionales, para que sea posible crear un nuevo modelo para envejecer, adecuado a los tiempos que corren. Ser viejo como en el siglo XIX sí que es una antigüedad. Calidad de vida es mucho más que confort y comodidades para nuestros Adultos Mayores, es también asegurarnos un futuro más placentero, y que envejecer no sea una tragedia sino una dicha. III. IV. -Las Teorías del Envejecimiento Ya consideramos que el hablar de vejez suele remitir a una larga

Viejos son los trapos y otros mitos antiguos

Viejos son los trapos y otros mitos antiguos

Nicolás Artusi
Nicolás ArtusiPARA LA NACION
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1 de diciembre de 2019  
"Cumplir años es obligatorio; envejecer es opcional": el aforismo de una gran diva argentina (ella: 79 años asumidos) resume un mantra muy actual. Mientras la expectativa de vida se estira cada vez más se impone una pregunta de época: ¿cómo sacar partido de estas existencias más longevas? Y si la conquista del orgullo gay, gordo, negro o de cualquier otra minoría fue el cambio social más revolucionario de nuestro tiempo me animo a pronosticar: se viene el orgullo senior. La publicación de Elogio de la experiencia, el nuevo libro del periodista escocés-canadiense Carl Honoré, que antes había develado las ventajas de la vida slow, pero también otros productos culturales (el maravilloso newsletter semanal Viejo smoking, donde Cecilia Absatz describe con ironía y dulzura los pesares y disfrutes de la tercera edad, o el libro Revolución Senior, donde Sebastián Campanario explora el novedoso auge de la generación +45), anticipan el próximo derecho a ganar: una reivindicación de los valores de la madurez.
Si Giuseppe Verdi estrenó su ópera Falstaff a los 79 y Frank Lloyd Wright terminó el museo Guggenheim de Nueva York a los 91, ¿por qué nos angustia tanto la idea de envejecer? "El culto a la juventud es una de las obsesiones más recurrentes de nuestra sociedad", escribe Honoré: "Se da la paradoja de que hoy en día, cuando alcanzamos cotas de longevidad antes impensables y con una alta calidad de vida, hacerse mayor, antaño sinónimo de respetabilidad y experiencia, ha adquirido valores peyorativos". En trescientas páginas de testimonios inspiradores, más cerca del periodismo de fenómenos que de la literatura de autoayuda, Honoré registra los primeros pasos de lo que será un gran movimiento: considerar el envejecimiento un privilegio en lugar de un castigo. La revolución de la longevidad necesita un estímulo individual (abandonar las ideas sombrías sobre el paso del tiempo) y un cambio colectivo: llegará el día en que decir "¡viejo de mierda!" será tan inaceptable como insultar a alguien por una limitación física o una creencia religiosa.
Cumplir años dignifica (si no sucede, entonces sí preocúpese: usted está muerto). Las revistas dicen que "los 60 son los nuevos 40" como si llegar a los 60 fuera algo que se debería evitar y no algo a lo que aspirar. Mientras la medicina siga avanzando, pasaremos más tiempo de nuestras vidas siendo viejos que jóvenes. Pero alégrese porque, como dice una experta en gerontología en el inspirador Elogio de la experiencia, "lo bueno del asunto es que nunca hubo una época mejor para ser un adulto de edad avanzada".
LISTAMANÍA: Cinco personas que hicieron grandes cosas después de los 70
1. Miguel Ángel. El pintor italiano terminó la Capilla Paulina a los 74 años en una época en que se consideraba que la vejez empezaba a los 40.
2. Jane Goodall. Con 85 años, la primatóloga londinense recorre el mundo de manera incansable como mensajera de la paz de la ONU.
3. Georgia O'Keeffee. Madre del modernismo, pintó flores, rascacielos y paisajes: según la crítica produjo sus mejores obras después de cumplir 90.
4. Isabel II. Ejemplo de longevidad y lucidez, la reina de Inglaterra cumplió 93 y asiste a más de cuatrocientos eventos oficiales por año.
5. Stanley Kunitz. Fallecido a los 100 años, el escritor neoyorquino recibió el título estadounidense de "poeta laureado" a la edad de 95.

6 de diciembre de 2019

Beneficios de dormir de costado

Cuáles son los 5 principales beneficios de dormir de costado, apoyados sobre el lado izquierdo

De acuerdo a diversos estudios médicos, entre ellos los publicados en “The Journal of Neuroscience”, la postura elegida a la hora de descansar influye y mucho en nuestro bienestar diario
La postura elegida a la hora de dormir influye en nuestro bienestar diario. ¿Cuáles son sus cinco principales beneficios y porque dormir apoyados del lado izquierdo es más recomendable? (Shutterstock)
Dormir de costado, apoyados del lado izquierdo del cuerpo es mucho más saludable para el organismo. No solo descansamos más y mejor, sino que el cuerpo trabaja con menos esfuerzo.
Científicos desaconsejaron dormir boca abajo, ya que dificulta la respiración, y a pesar de que hay diversas posturas al respecto, hay un consenso general en que la posición lateral reporta desde el punto de vista médico mayores beneficios, de acuerdo a diversos estudios médicos.
Entre ellos destacan los publicados en The Journal of Neuroscience, que revelan que la postura elegida a la hora de dormir influye en nuestro bienestar diario. ¿Cuáles son sus cinco principales beneficios y porque el lado izquierdo es más recomendable?
1- Ayuda al cerebro a eliminar desechos
La vía glifática acelera la eliminación de desechos dentro del cerebro, incluido su amiloide soluble. El transporte de esta vía está controlado por el nivel de excitación del cerebro, durante el estado de sueño o mismo al estar bajo los efectos de anestesias, el volumen del espacio intracerebral se expande -en comparación con cuando estamos en vigilia- y esto resulta en una eliminación más rápida.
Dormir apoyados sobre el lado izquierdo tiene múltiples beneficios para nuestra salud, según diversos estudios médicos (Shutterstock)
Así lo sostuvieron los médicos Hedok Lee, Lulu Xie, Mei Yu, Hongyi Kang, Tian Feng, Rashid Deane, Jean Logan, Maiken Nedergaard y Helene Benveniste, del Departamento de Anestesiología Stony Brook Medicine, de los Estados Unidos.
Para esta investigación, utilizaron una resonancia magnética con contraste dinámico y modelado cinético para cuantificar las tasas de intercambio específicas en cerebros de roedores anestesiados en posición supina (boca arriba), prono (boca abajo) o lateral. Para validar los datos arrojados y evaluar específicamente la influencia de la postura corporal en la eliminación de este residuo.
Es la posición lateral y específicamente del lado izquierdo, según la investigación, se facilita la eliminación del exceso de proteínas, de vitaminas, grasas y residuos como los depósitos de beta-amiloides, altamente nocivos para la salud.
Esta función es muy importante ya que ayuda a mantener constante nuestro volumen y presión sanguínea así como favorece el funcionamiento de nuestro sistema inmune. Un mal drenaje linfático puede acarrear trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple.
Para esta investigación, los investigadores utilizaron una resonancia magnética con contraste dinámico y modelado cinético para cuantificar las tasas de intercambio específicas en cerebros de roedores anestesiados en posición supina (boca arriba), prono (boca abajo) y lateral (archivo Infobae)
2- Favorece a la circulación sanguínea
Dormir hacia el lado izquierdo impide la obstrucción de la arteria aorta, responsable de bombear sangre desde el corazón hacia el resto del torrente sanguíneo.
A su vez facilita, por una cuestión de gravedad y posicionamiento de los órganos del cuerpo humano, la recirculación de la sangre,ya que la vena cava inferior permanece libre, sin ningún órgano que la oprima, es decir sin recibir presión o peso.
3- Ayuda a que tengamos una buena digestión
A pesar de que los especialistas recomiendan dormir al menos dos horas después de comer, por una cuestión de posicionamiento, lógica y gravedad, el estómago, el intestino delgado y grueso están ligeramente inclinados hacia la izquierda, por lo que al adoptar esta postura para dormir ayuda al sistema digestivo a procesar los alimentos con mayor facilidad y rapidez.
Asimismo, con la posición lateral se evita que los ácidos estomacales suban a la boca, dificultando así la acidez durante el tiempo de descanso.
Uno de los beneficios de dormir apoyados del lado izquierdo es que esta postura es una buena solución para la apnea obstructiva, es decir para los ronquidos (archivo Infobae)
4- Alivia el peso sobre la columna vertebral
Al estar en posición lateral, la espalda llegar a estar alineada, y más si es sobre el lado izquierdo. De hecho es una de las recomendaciones que se les brinda a aquellas personas que sufren dolores de columna. Según Mayo Clinic, la mayor parte del dolor de espalda intenso mejora en unas pocas semanas de tratamiento en el hogar. Sin embargo, todas las personas son diferentes y el dolor de espalda es una afección compleja. Para muchas personas, el dolor persiste durante bastante tiempo, pero solo algunos tienen dolor intenso y permanente. “Para el dolor de espalda intenso, quizás todo lo que necesites sean analgésicos de venta libre y la aplicación de calor, no se recomienda el reposo en la cama”.
5- No más ronquidos
Expertos revelaron que la postura a la hora de dormir es una buena solución para la apnea obstructiva, es decir para los ronquidos. Algo tan sencillo como adoptar una postura correcta a la hora de dormir puede acabar con el problema de los ronquidos.
De acuerdo a lo afirmado por doctor Ferran Barbé, jefe del servicio de Neumología del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida, “una persona que duerme boca arriba, lo que técnicamente se conoce como decúbito supino, en general ronca más que cuando duerme de lado".
A su vez, aconseja estar atentos a que “si nos despertamos con la boca seca, quizás se deba a que respiramos por ella, y probablemente quien duerma a tu lado te afirme que roncas. En este caso el aire entra en tu faringe menos hidratado y la reseca. Al respirar por la nariz, en cambio, el aire inspirado llega a los pulmones con la temperatura y la humedad adecuadas (75-80% de humedad).